28 agosto 2010

Rojo y Azul hacen Lila (6 parte)

-Para pintar algo de color gris vas a necesitar Blanco y Negro. Es el ultimo consejo que puedo darte. A partir de ahora seguirás el camino solo. Adiós.
La tortuga desapareció y yo me quedé, incrédulo, tumbado en mi azotea mirando el cielo azul.
-Lo que ha querido decir es que para todo son necesarios ambos extremos. Para ser bueno hay que ser bueno y malo. Lo dificil es encontrar el punto medio. Cuanto de cada extremo es necesario para conseguir el tono de gris que necesitas? La respuesta a esa pregunta solo la tienes tu.
Me incorporé, sobresaltado. Era la primera vez que oía esa voz. Miré a mi alrededor pero no pude encontrar nada que me tranquilizase. Algún otro animal hablándome al oído no me hubiera sorprendido pero no había nada ni nadie. El sonido de mi móvil me despertó de aquel trance. Coji mi viejo móvil, leí el mensaje y recojí mis cosas. Una nueva experiencia me esperaba.

La Tercera Vía

Una tercera salida, una opción C, una alternativa alternativa.
Siempre existe la llamada Tercera Via. No es mas q una opción no muy conocida para cualquier situación, vendría a ser el color gris entre el blanco y el negro.
Para un examen se puede estudiar el día antes, aunq hay gente que estudia semanas antes. La opción C seria un par de días antes. Debo reconocer que este ejemplo no es muy claro, ya q se confunde con el termino medio.
Veamos, cuando queremos resolver un problema, o pasamos de el o nos dedicamos día y noche, pues hay una alternativa. Te gusta un/a chic@, o no haces nada o vas y le tiras los trastos, digamos que hay otra opción. Vas de compras y algo te encanta pero no sabes si comprarlo en ese momento o otro día, felicidades, hay otra posibilidad. Estas dibujando y no sabes si añadir ciertos detalles a tu obra de arte y estas rompiendote el coco pensando en si hacerlo o no cuando hay una tercera posibilidad q no se te ha ocurrido. Te han invitado a una fiesta y no sabes si ir o no ir, no te preocupes, siempre te quedará un remedio.
Estas situaciones son solo un ejemplo de las muchas situaciones en las que nos plateamos dos posibilidades y nos vemos en el dilema de elegir una, cuando en realidad hay una tercera alternativa que hemos pasado por alto y que irónicamente es la mejor de ellas.
No es algo facil de ver menos cuando nos jugamos mucho en nuestra decisión, sobretodo porq estas terceras vías tienen un letrero que da poca confianza y normalmente pueden parecer absurdas y sin sentido.
Que hago? Me corto el pelo o no? Me compro esta chaqueta? Me hago este tatto? Me cambio de look? Me...
Todas estas preguntas empiezan por "me" y no sin razón porq las veces que más cuesta visualizar la susodicha tercera elección viable, es cuando la proposición nos afecta directamente a nosotr@s mism@s.
Llamemoslo X, llamemoslo paranoia, pero el hecho de que existe una tercera posibilidad a todas nuestras acciones es innegable y nos conviene al menos dar con ella para abarcar una visión mas amplia del asunto en cuestión y gozar de una ruta mas por la que recorrer el camino de la Vida.

Lila tirando a Lila (5 parte)

No se que día de la semana debía ser. Solo recuerdo que era verano, y en verano todos los días son domingo. El sol me daba en toda la cara, pero yo seguía tomandolo en mi azotea. En realidad no tenía nada que hacer ahí, porq el moreno ya lo había conseguido en la piscina descubierta.
Por tercera vez una presencia se acercaba a mi y se tumbaba a mi lado.
-Hacia ya mucho tiempo que no aparecías por aquí.
-No sabes cuanta razón tienes. La verdad es que el mundo esta fatal y la mayoría de gente que vive en el, peor.
-Porque dices eso?- era la primera vez q veía a mi querida Tortuga Lila tan negativa y decaída.
-La gente esta muy mal. Viven su vida monótona y se contentan con ello. Ya casi nadie tiene ilusión por cambiar su día a día.
-Eso me recuerda a mi antes de conocerte.
-Exacto. Por eso vine a ayudarte y veo que ya has encontrado el hilo que te va a guiar por el laberinto.
-Lo que dices me alaga, pero no creo que sea del todo cierto.
-Puedes apostar a que si. Podría decirse que te he mostrado donde se encuentra el manual de la vida que tienes en tu interior. No tienes mas q abrirlo y ver que te dice. Tan solo he hecho eso y no voy a hacer nada más por ti.
-Va en serio?- un extraño miedo se empezaba a apoderar de mi.
-Si, muy en serio. Ya es hora de que el joven halcón se arroje al acantilado y aprenda a volar.
-Y que pasa si el pequeño halcón no lo consigue?
-Morirá.

Lila Oscuro y Brillante (4 parte)

El aprendiz fue al mercado del pueblo a ver q podía sacar del viejo anillo del maestro. Desde q estaba bajo su tutela, siempre había visto ese anillo en la mano de su maestro, no recordaba q este se lo hubiera quitado ninguna vez.
Llegó al mercado y enseguida se dispuso a ofertar el curioso anillo. Ante su oferta, la gente paraba a examinar el objeto, pero la mayoría le ofrecía por el un par de monedas de plata como mucho. Hubo quien, por ayudar, le ofreció unas cuantas monedas de cobre y una jarra, pero la mayor oferta q pudo conseguir no pasó de las tres monedas de plata.
Agotado y decepcionado, el Aprendiz volvió a casa de su maestro con el anillo y las pobres ofertas q le habían hecho. El maestro le escuchó y le dijo q no se desesperara y volviese a hacer la misma oferta, pero esta vez a un anticuario q el maestro conocía de mucho tiempo atrás. Le indicó la dirección y el aprendiz se dirigió ahí con la duda de para que serviría todo aquello.
- Pues si, la verdad -salté, indignado- es una tontería todo eso de intentar vender el anillo pfuaa esta historia me esta aburriendo.
Porq la tortuga no tenía cejas, pero habría jurado q hizo un gesto igual al de levantar una sola ceja. Me sorprendí sobremanera y empece a reirme.
- Perdona, perdona sigue por favor -rectifiqué y la tortuga siguió con la historia después de un grave suspiro.
El Aprendiz llegó a la tienda del anticuario. Nunca había ido por esa calle ni había entrado a ningún sitio como aquel. Un olor a incienso lo inundaba todo el local q esta inundado de humo. De las paredes colgaban objetos de todos los tipos y tamaños. Al fondo, casi oculto por las pilas y pilas de singulares objetos colocados al azar por toda la tienda, se podía distinguir un mostrador de madera antigua. Detrás de el estaba sentado un hombre mayor con una barba blanca muy larga.
-Hola muchacho, q te trae por aquí?
-Venía a ofrecerte un anillo.
-Ven, acercalo para q lo pueda ver.
El joven le extendió la mano con el anillo y el hombre contempló el anillo fijamente. Acto seguido sacó una especie de monóculo y siguió estudiandolo bajo la luz de una lampara q estaba encendida encima de la mesa.
-Ummm si la compra corre prisa, podré darte por él como mucho 70 monedas de oro, pero con un poco de tiempo podría darte algo más.
El aprendiz se quedó atónito y cuando recuperó el movimiento, se levantó de la silla, cojió el anillo q el hombre había dejado encima de la mesa y salió corriendo dejando caer un "adiós" al salir por la puerta.
Fue corriendo a casa de su maestro y al llegar y empezar a contarle lo q había pasado, el maestro le tuvo de hacer callar pues no entendía nada de lo que le decía su aprendiz, q estaba extremadamente nervioso y emocionado.
El muchacho se tranquilizó y le contó calmadamente lo q había pasado en el anticuario y le devolvió el anillo a su maestro. Este se lo puso de nuevo en el dedo índice y le explicó a su alumno una reflexión q este no olvidaría jamás

- Creo q yo tampoco la voy a olvidar, como sea tan buena como todas las q me llevas contando hasta ahora -le dije a la tortuga con una sonrisa. Ella también sonrió y puso sus siguientes palabras en boca del maestro:
-Este anillo es como las personas, como cada una de ellas, como tu y como yo. Aparentemente no parece tener gran valor para la mayoría, quizás alguno lo quiere por ser antiguo, pero casi todo el mundo le atribuye un valor muy por debajo del q tiene en realidad. Tan solo la gente comprensiva, la gente que sabia y ancha de vistas, la gente buena y conocedora de la naturaleza humana, la gente que te quiere incondicionalmente, solo ell@s son capaces de ver tu verdadero valor.