12 enero 2013

Diarios Germánicos 001


En solo cuatro días ya me ha quedado claro lo diferentes que son España y Alemania. En España se recicla el vidrio todo junto, aquí hacen tres distinciones de vidrio: vidrio blanco (transparente), vidrio verde y vidrio marrón. No hace falta que diga que contenedor está más lleno, basta que os recuerde que las botellas de cerveza aquí son marrones.
Echo muchísimo de menos conducir, razón que me va a hacer comprarme una bici de segunda mano, por el siempre hecho de conducir. Pero no es esto lo que venía a decir sobre la conducción alemana. Aquí (germania), no existe o no he visto nunca el semáforo ámbar parpadeante para coches, aquí cada uno pasa cuando puede. La mejor parte es que todos ceden el paso cuando toca y todo va rodado. He visto ya demasiados cruces, que en españa serían un foco de accidentes, como para contarlos.
Siguiendo con el tema del tráfico, hay algo que a mí como peatón me jode bastante y es la falta de parpadeo del bicho ese verde, antes de que aparezca el rojo. Imaginaos, veis el semáforo en verde y empezáis a cruzar. Pues es perfectamente probable que a mitad de camino se os ponga el semáforo en rojo y tengáis que correr. Sinceramente, esto no me gusta nada.
Para acabar, os relataré otra curiosidad de los semáforos para coches. Aquí el semáforo se pone un segundo en ámbar antes de que se ponga en verde, dándote tiempo de poner primera y salir quemando rueda en el momento exacto. Esta diferencia respecto a españa es claramente de mi agrado, por si alguien lo duda.

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